Introducción
En enero de 2021 entramos en una nueva fase de la crisis sistémica del capitalismo. Después de cuatro años sin guerras militares, pero con todos los tipos, formas y modos de contradicciones internas entre las tres facciones de capital financiero en EEUU, resulto declarado Joe Biden presidente de Estados Unidos en unas elecciones tan contradictorias y cuestionadas. En 2016, la posible elección de Hillary Clinton hubiera significado una confrontación directa y casi segura con Rusia. La administración Trump ha resultado en un período de cuatro años sin guerras militares y, ha debilito y “debilitó”, al capital financiero unipolar globalista y su brazo militar la OTAN durante 2017-2020, en su capacidad ofensiva.
Con la administración Biden 2021-2024, como representante de los intereses globalistas, vuelve un gobierno a poner en riesgo al mundo por el carácter bélico de su política exterior y agudizado por la pérdida de capacidades de maniobra en el terreno de la guerra económico-financiera y en el terreno de la política internacional en el Consejo de Seguridad como en la Asamblea General de la ONU. No han pasado cinco semanas de la asunción de su administración en el gobierno de Estados Unidos y ya han bombardeado Siria. Putin describió acertadamente esta amenaza en enero de 2021 en el Foro Económico Mundial de Davos (digital en esta oportunidad), al afirmar que “existe la posibilidad de encontrar un colapso real en el desarrollo mundial, plagado de una lucha de todos contra todos, con intentos de resolver contradicciones urgentes mediante la búsqueda de enemigos ‘internos y externos’, con la destrucción no solo de los valores tradicionales (…) ‘como la familia’, pero también las libertades básicas, incluida la elección y la privacidad”.
En nuestros articulos de los últimos cuatro años hemos analizado estas contradicciones en el mundo con acento en los conflictos internos en EEUU, entre las principales facciones del capital financiero en el “entorno” general de un avance del proyecto multipolar y pluriversal-cultural liderado por China y Rusia principalmente. Un legado importante de Trump ha sido cooperar con la política de un mundo sin conflictos bélicos, pero con una guerra económica contra China, la que en buena medida ha permitido avanzar a China y Rusia con su proyecto multipolar. La “guerra económica comercial” de EEUU contra China que inició Trump, ha “empujado” con determinación el proyecto del mundo multipolar y la Nueva Ruta de la Seda en su posible funcionamiento, sin que Occidente (la OTAN GLOBALISTA) haya intervenido con aventuras bélicas. A partir de las sanciones económicas propias a la guerra económica, China ha creado sus propias instituciones internacionales de comercio, su propia moneda digital con proyección mundial e integrando las finanzas con acuerdos económicos con la mayor parte del mundo, incluyendo a la Unión Europea y Japón. La vía hacia una nueva civilización multipolar se torna un tema central para los próximos años.
Tras meses de negociaciones, un grupo de 14 expertos internacionales llegaron, el pasado 14 de enero, a Wuhan, lugar donde se detectaron los primeros casos oficiales de Covid-19, para una investigación de dos semanas. La Misión de la Organización Mundial de la Salud que viajó a China aseguró que la Covid-19 circulaba por Wuhan antes de ser detectado en el mercado. Señalaron que los primeros casos que pudieron identificar son de principios de diciembre. No encontraron pruebas de grandes brotes antes de diciembre. Con lo anterior se hace más probable la factibilidad que ha el virus ha sido introducida durante los Juegos Olímpicos Militares en Wuhan fines de octubre de 2019 donde participaron miles de militares y entre ellos norteamericanos. La responsabilidad quedaría en Occidente, noticia que recibió Biden a días de haber sido instalado.
Los globalistas han venido preparando desde hace tiempo el “Economic Reset” (Gran Reinicio o el Reinicio de la economía real bajo su dominación) y la pandemia debía hacer el trabajo preparatorio, creando miedo en la población en todas partes del mundo. Planificaron anunciar el Gran Reinicio con bombos y platinos en Davos, durante el Foro Económico Mundial en enero de 2021 (Virtual en 2021), donde los organizadores globalistas se “dieron el lujo” de dar la palabra inaugural a Xi Jinping seguida inmediatamente después por Angela Merkel. El presidente de China dejó en claro que el mundo en su mayoría ya ha optado por la opción del mundo multipolar. Para colmo la canciller de Alemania se manifestó a favor del proyecto multipolar y manifestaba la esperanza de no tener que estar en la situación de tener que “escoger un lado” (uni-polarismo globalista), ante posibles presiones desde Occidente, por un “hipotético” planteo de conflicto bélico.
Los Big Five (GAFAM, o sea, las redes transnacionales globales Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft), los verdaderos anfitriones de Davos 2021, tuvieron que reconocer que la estrategia del Gran Reinicio o Global Reset ha fracasado, tan sólo una semana después de que asumiera el gobierno la dupla Biden-Harris-(Pelosi). China y Rusia son la vanguardia del proyecto multipolar que, a partir de la Nueva Ruta de la Seda comercial-bancaria-industrial-tecnológica-científica, logra establecer redes de cooperación en todos los continentes y tiene sus últimos grandes saltos con la consolidación de RCEP en el Asia-pacifico y con los acuerdos de Paz y desmilitarización con la India. Biden reacciona inmediatamente levantando la voz.
El proyecto del Gran Reinicio planteado por el Globalismo Unipolar, desde y ante el Foro Económico Global de Davos, propone la centralización del poder político mundial en manos de una meritocracia corporativa y que dicha meritocracia corporativa, con el CE-IA o Big Five en primera línea, determine centralizadamente las “necesidades y deseos” de los consumidores, en una relación entre Meritocracia Global Directiva-Consumidores Locales individuales en el llano, limitando la producción solo a ciertos bienes y servicios que se planifican y consideran aceptables. Para entender mejor la alternativa que propone el Globalismo Unipolar a la del Multipolarismo Pluriversal/Universal, sería necesario analizar las raíces históricas de esta vía Oriental hacia otra civilización y contraponerla a la vía Occidental unipolar globalista. En modo resumido, podemos afirmar que en la “línea occidental” de la historia se parte de la concepción que se construye sociedad a partir de individualidad, mientras en la oriental se construye sociedad a partir de comunidad o colectividad. Estas dos vías no tienen la misma posibilidad de construir una civilización nueva que busca orientarse hacia el “Bien Común”.
Con Biden en la presidencia, la contradicción entre el Unipolarismo Globalista, encabezado por el Foro Global de capitalistas financieros globales, y el Multipolarismo Pluriversalista, encabezado por China y Rusia, sube al primer plano de las noticias del mundo. Con ello no queremos decir que las contradicciones internas entre facciones de los capitalistas desaparecen, pero pasan a un segundo plano. Las derrotas en el primer mes (20 enero-20 febrero 2021) de gobierno de Biden han sido poco señalados por las grandes plataformas digitales de comunicación. En Estados Unidos podemos señalar que, por segunda vez consecutiva, no han logrado imponer el “impeachment” de Trump y con ello tampoco una fractura significativa al interior del Partido Republicano, que era su gran apuesta. La peor derrota para los Demócratas Globalistas (Clinton, Obama, Pelosi, Harris, Biden, etc) es que Trump, luego de las derrotas de la estrategia de doble-Impeachment para dejarlo fuera de la política, está más vivo que nunca políticamente y retoma iniciativa. Una encuesta de USA Today/Suffolk University, publicada el 21 de febrero, reveló que alrededor de la mitad de los republicanos están dispuestos a dejar atrás al partido y saltar a un tercer partido liderado por Trump. De quedarse Trump en el partido, el 85% afirmó que votaría por él en una elección general y el 76% dijo que lo apoyaría para la nominación republicana.
A menos de un mes de la instauración de la administración Biden/Harris también hay fuertes contradicciones internas en el Partido Demócrata. La ex asesora de Clinton, Naomi Wolf, advirtió el 22 de febrero que en Estados Unidos con la administración Biden: “Nos estamos convirtiendo en un estado totalitario ante los ojos de todos”. En otras palabras, podemos esperar crecientes contradicciones internas en el propio Partido Demócrata. La demócrata toledana Marcy Kaptur afirma sentirse alejada del Partido Demócrata que ha representado en el Congreso desde 1983 (The Blade, 4 de febrero 2021). Históricamente, los demócratas representaban a las familias que menos tienen y los republicanos a los que tienen más, pero los demócratas están perdiendo a la clase trabajadora, afirma. De los 435 distritos del Congreso, los distritos azules tienden a estar en la parte superior, mientras que los distritos rojos tienden a estar clasificados en la parte inferior y esta tendencia continúa. En el top 25 del país, en términos de ingresos familiares medios, solo hay un distrito republicano. El Partido Republicano, en otras palabras, es cada vez más el verdadero partido de los trabajadores y el partido Demócrata el de la “meritocracia”.
Un escenario que no hemos de descartar es la desintegración de Estados Unidos. Una Perestroika no se despliega de la noche para la mañana. Sin embargo, hay voces al interior del Partido Republicano, y no exclusivamente en Texas, que hablan de ir a un referéndum para provocar la secesión de EEUU. En otras palabras, un posible escenario futuro no solo es la división o fractura de los partidos Demócrata y Republicano, incluso con un Trump liderando un tercer partido, sino también es posible el camino hacia la Perestroika Norteamericana[1] que se podría desplegar después de noviembre de 2022, a partir de las elecciones de medio término en EEUU.
Recordemos que también llevo varios años la desintegración o perestroika de la Unión Soviética, luego de ese punto de inflexión que fue la Caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989 y significo la crisis del bipolarismo resultante de los acuerdos de 1945, de la división del Mundo en dos Bloques de países, EEUU y el Bloque Occidental y la URSS y el bloque oriental. Claro que ya en 1955, se lanza el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) en Bandung, con India y Egipto encabezándolo y mostrando un camino que llevaría luego a abrir la vía al multipolarismo.
Ante las derrotas en el campo político, a apenas un mes de la nueva administración Biden, el globalismo tiene el desafío de llevar la puja de poder al terreno militar, terreno donde también perdió durante la administración Trump terreno, supremacía e iniciativa estratégica. La decisión de la Unión Europea de mirar hacia el Este y optar por la vía del multipolarismo complica seriamente la posibilidad de utilizar a la OTAN para un conflicto bélico contra Rusia o China. Europa ha perdido la “fe” en el aliado al otro lado del Atlántico y, luego del Brexit 2016-2021 que debilito al eje financiero Londres-Paris, se encuentra en un momento de recuperar la libertad en la toma de las decisiones en sus propias manos, optando más por su propio sistema de defensa. Esto se observa en los grados de libertad de la UE, Alemania, Francia e Italia, en su relación cada vez más cercana al multipolarismo. La misma pugna partidaria interna en EEUU complicaría, por el otro lado, el poder contar fácilmente con el Congreso y el Pentágono para otra aventura bélica. El Congreso ya reaccionó duramente a los bombardeos en Siria (26 de febrero 2021) sin su conocimiento y autorización.
Hemos entrado ya en un periodo de transición hacia otra civilización. Hemos sostenido ya en más de un trabajo de investigación que el final de una civilización se caracteriza invariablemente por el predominio del trabajo improductivo (por su contenido) sobre el trabajo productivo con la tendencia a la recesión económica, situación muy evidente en el capitalismo en Occidente subordinado desde 2008 claramente al ámbito financiero, provocando una recesión tras otra. En Oriente, por otra parte, observamos más bien un predominio del trabajo productivo sobre el improductivo con la Nueva Ruta dela Seda como estandarte y un consecuente crecimiento económico sostenido, incluso en 2020 con la Pandemia Global de Covid-19. Cada vez en la historia de la humanidad, que lo improductivo subordina a la órbita productiva, se da en un marco de despliegue de una Crisis Sistémica[2], lo que actualmente observamos desde marzo de 2019 y es el caso de Occidente.
Podemos distinguir en la historia dos vías la construcción de vida humana en común: la “Occidental” y la “Oriental”. La línea occidental busca construir sociedad a partir de intereses particulares en conflicto. La línea oriental construye comunidad e interés comunitario por encima del interés individual. En la modernidad vale afirmar “pienso luego existo”, mientras en Oriente prevalece “somos comunidad luego existimos”. En el capitalismo no hay forma de construir sociedad que logre alcanzar el Bien Común ya que opera a partir de intereses individuales privados en conflicto por la competencia. La tendencia más bien es una centralización de riqueza casi infinita en unas manos corporativas en conflicto entre sí y la exclusión de grandes y crecientes mayorías de población que, en su extremo no solo sobran, sino que son y están “sujeto” a ser eliminados, al considerarse una sobrepoblación absoluta. Es decir, la línea occidental pavimento el camino al fascismo del SXX y así también en el siglo XXI.
En la historia oriental, se conserva el concepto de lo comunitario/pueblo frente al desarrollo de intereses individuales. Es la histórica de una comunidad directiva que dirige las obras colectivas para la sociedad como un todo. Esta meritocracia tiene márgenes de explotar la comunidad inferior/pueblo al apropiarse de una parte determinada del excedente para sí. Explotación de y solidaridad con el pueblo no son excluyentes en la historia oriental. Mientras lo colectivo predomina sobre lo privativo, existe legitimación y si sucede lo contrario estalla la rebelión. La caída de una dinastía será sucedida por otra que se concentrará de nuevo en obras productivas colectivas, legitimándose. Esta es la historia cíclica y milenaria de China y la realidad de hoy es que los trabajos colectivos predominan, aunque no se excluye la apropiación privativa. No es extraño en este contexto observar un apoyo popular muy grande para su gobierno en China.
En verdad creemos que, acorde con la dialéctica de la historia, se requiere la unidad de estos dos contrarios (de occidente y oriente) logrando el mayor Bien común posible, pero con una mayor libertad personal. El camino más probable para lograr la transición a esa nueva civilización es aquella que parte de y prioriza lo comunal para liberar luego lo individual, en vez de llevar el interés individual al extremo para construir a partir de ahí lo comunal. Lo último es el proyecto del Gran Reinicio o Big-Reset del Davos Globalista. De ahí que cada vez más países optan y se suman a la vía o camino multipolar.
El Globalismo en su trayectoria a la Coyuntura Actual
Ascenso y caída de los globalistas
El proceso histórico desde el Unipolarismo transnacional occidental al Multipolarismo pluriversal, se despliega desde la Perestroika soviética de 1987-1991, donde Continentalistas y Globalistas unipolares financieros pactan una tregua, que se manifiesta en el “Consenso de Washington[3]” en 1989, que fue formulado y hecho público por iniciativa de los Globalistas desde la City de Londres. Este es el contexto de la Perestroika o Caída de la Unión Soviética en 1991. Luego, en las elecciones generales de noviembre de 1993, triunfa el Partido Demócrata en Estados Unidos, con Bill Clinton como presidente. Con Clinton, los Globalistas llegan por primera vez a la presidencia en Estados Unidos el 20 de enero de 1994. Que se reelegirá en 1997 para un segundo periodo.
En 1999, Bill Clinton y las Transnacionales Globalistas unipolares derogan la Ley Glass Steagall. Esta Ley (Act) vetaba y bloqueaba que la banca de inversión (fondos financieros de inversión global instituciones todas radicadas en paraísos fiscales hoy principalmente Delaware, Islas Jersey, Luxemburgo, etc.) se asociara con la banca comercial subordinándola y distanciándola de su histórico vínculo con el desarrollo de la industria, la ciencia y la tecnología, con proveer de crédito a la economía real. Tal cual lo observo, estudio y legislo el presidente Franklin D. Roosevelt entre 1929-33, cuando promulgo e impuso la Glass Steagall en junio de 1933 como ley, que impedía y vetaba la existencia de la Banca de Inversión (de timba financiera desde posiciones en paraísos fiscales extra nacional y constitucional). Porque los encontraba actores de poder responsables de provocar la crisis de Wall Street en 1929 en su beneficio, contra la nación y la economía real, en favor de un poder que se relacionaba con los intereses financieros globales angloholandeses[4].
Roosevelt no solo lanzo la ley Glass Steagal como bandera en la guerra contra la banca de inversión global, sino que también lanzo, potencio y consolido la alianza entre las cámaras de empresarios industriales y los sindicatos de trabadores obreros y empleados con el llamado New Deal (Pacto Social) entre el capital y el trabajo, constituyendo y sosteniendo el Estado Benefactor como tercera pata del New Deal y garante de que los acuerdos se constituyeran en ley y políticas de gobierno. Este Pacto Social fue la alianza sociopolítica, económica y cultural para constituir un movimiento y fuerza política, que le permitió afrontar y sostener la guerra contra los Globalistas de su tiempo. Esta es la Ley que deroga Bill Clinton en 1999, la que rehabilita y da vía libre a los Fondos Financieros Globales de Inversión. Luego de este hecho crucial, lo que continua es la crisis financiera de las empresas tecnológicas de la información y comunicación PuntoCom[5] en el 2000[6].
Luego, los demócratas Globalistas, con Al Gore como candidato, pierden las elecciones del 7 de noviembre de 2000 por una mínima diferencia, obtenida de un recuento “controvertido” de los votos de Florida, que al final dio los electores al colegio electoral, de este modo logran imponerse 271 a 266, por una mínima diferencia lograda de modo “difuso” por los continentalistas Republicanos. Los demócratas Globalistas pierden así las elecciones contra el Republicano anti-globalista George W Bush, oriundo de Texas. Quien será presidente de Estados Unidos en el año de la “Caída” de las Torres “financieras globales” Gemelas del 11 de septiembre de 2001. Donde las plataformas de comunicación impusieron el relato que el gran responsable y comandante de esta operación fue Osama Bin Laden. El jeque saudita hijo de una familia de gran poder y gran fortuna por la propiedad de yacimientos de petróleo en Arabia Saudita. Pero, además, socio de la familia Bush y del complejo petrolero fósil de Texas[7].
La gran Crisis político-estratégica que significo la llamada “Caída” de las Torres -financieras globales- Gemelas de Wall Street en setiembre de 2001. Donde fueron derribadas tres torres, no solo las Torres financieras globales Gemelas sino también la Torre 7, una torre clave y olvidada.
Continentalistas frente Globalistas 2001-2008-2014
George W Bush será reelegido nuevamente en diciembre 2004, estará presente como presidente cuando la crisis financiera global estalle en septiembre de 2008 con la llamada “caída” de la banca financiera global Lehman Brothers, controlada por el globalista supermercado financiero global, el CitiTravellers Group. La “Caída” del Citi Travellers Group arrastro a muchos de los bancos financieros de inversión y a los más grandes bancos comerciales. La gran banca global acuso el golpe, fue dejada caer y la gran banca continentalista JPMorgan, Bank Of America, Goldman Sachs se consolido y creció con la “absorción” de las instituciones en quiebra[8].
Luego de esta segunda gran batalla interna del Unipolarismo Financiero, entre Globalistas y Continentalistas norteamericanos, se consolida la fractura entre ambas fracciones del poder financiero transnacional. La lucha seguirá en otros países: Inglaterra, España, Grecia, la UE como un todo. Esta crisis y la lucha entre estos dos grandes actores del poder financiero transnacional, Globalistas (las Cities Financieras Globales de Londres-NY-Paris-Ámsterdam-Milán-etc.) versus Continentalistas norteamericanos, continentalistas británicos, continentalistas europeos (Alemania-Francia-Italia-España-Holanda-etc.) se desplegará bajo diferentes modos y formas hasta el 2013. Cuando Ben Bernanke (presidente de la Reserva Federal y de la City “Global” de Nueva York) inicia el primer golpe de estado financiero global[9], la primera corrida financiera globalista.
La gran batalla iniciada por Clinton y los Globalistas con la derogación en 1999 de la ley Glass Steagall de 1933, que prohibía a sus Fondos Financieros de Inversión global operar en EEUU, y la dura respuesta de los continentalistas norteamericanos con la llamada crisis del 2001, que consistió en la “caída” de las Torres Financieras Globales. Seguida, luego, con la gran batalla de 2008 entre Globalistas y Continentalistas norteamericanos donde estos vuelven a realizar una movida, ahora de guerra financiera, que culmina en la Caída del fondo de inversiones globalista, Lehman Brothers y de otros fondos de inversión que resultaron ser “absorbidos” por los continentalistas norteamericanos. Todo esto paralizara la economía real y potenciara la economía financiera, la burbuja financiera, el dinero de helicóptero, la emisión de dinero sin respaldo en la economía real por parte de los bancos centrales de las principales potencias: EEUU, UE y Japón.
Todo este periodo cierra en el año 2013/14, cuando el presidente de la reserva federal Ben Bernanke, durante el segundo mandato del presidente demócrata Obama, anuncia la decisión de reducir el denominado paquete de estímulos (emisión mensual 85 mil millones de dólares) para los bancos a tasa 0%, lo cual “enciende” la crisis que hace estallar el banco central de EEUU, de la UE, de Japón y que produce fugas simultaneas y muy significativas de capital global invertido en más de 20 países o economías globales emergentes como las empezaba a llamar el Globalismo.
Este golpe financiero de estado pone de manifiesto, muestra y reconoce por contraparte la existencia de los nuevos actores multipolares en el terreno de lucha de poder mundial. Es justamente en 2013-2016 el momento donde el multipolarismo decide lanzar su propio programa de instituciones financieras multipolares, alternativas a las de Bretton Woods y, lo hará en la Reunión de los BRICS en Fortaleza, Brasil, en junio de 2014. Pero particularmente alternativas al Bretton Woods actualizado de 1971-73, no el del patrón dólar-oro de 1944-1966, sino la versión tricontinentalista norteamericana de 1973 del patrón petro-dólar, la del dólar sin respaldo en el oro sino en la OTAN.
El Multipolarismo frente al Continentalismo 2014-2017
A partir de 2014-2017 se abrirá ya un nuevo periodo de hechos. Todo se complejiza cuando tanto China como Rusia plantean y avanzan con la estrategia y proyecto multipolar, primero desarrollando aceleradamente sus economías y sus capacidades científico tecnológicas aplicadas a las industrias estratégicas, que producen soberanía y reducen dependencia (más educación, más salud, previsión social, más inclusión y desarrollo humano integral), hasta poder dar el salto para desplegar sus propias instituciones alternativas a las del TriContinentalismo Pos-Bretton Woods con patrón Petro-Dólar (1966-1971). En síntesis, para desplegar un sistema institucional económico-financiero alternativo al de Bretton Woods: FMI, BM, BID, SWIFT.
El patrón Petro-Dólar expresa al TriContinentalismo norteamericano, expresa el interés de las multinacionales norteamericanas, las grandes vencedoras en la segunda guerra mundial, guerra que se inició en 1929 con la crisis-guerra financiera multinacional y concluyo en 1944-1950 con los acuerdos de Breton Woods, el mundo dividido en dos, en el Bipolarismo Estados Unidos–Rusia, el occidente-norteamericano y el oriente-Soviético; y el plan Marshall de reconstrucción del polo occidental norteamericano. Desde donde éste reconstruirá, a Europa a partir de la Alemania derrotada y el Asia pacifico a partir del Japón derrotado a base de bombas nucleares.
De la Perestroika norteamericana a Davos 2018-2021
A la crisis sistémica, manifiesta en marzo de 2020, en el proceso general de perestroika norteamericana que se abre en septiembre 2019, se viene a sumar en febrero de 2021 está derrota de los senadores Demócratas Globalistas y algunos senadores republicanos asociados. Derrota en el proceso de impeachment o veto político al expresidente Trump. Donde los pro-impeachment no pudieron movilizar los dos tercios de votos que se requieren para que éste no pueda nunca más hacer política públicamente y presentarse nuevamente para las elecciones a presidente en noviembre de 2024. Particularmente para que no pueda ponerse a frente de un nuevo movimiento político que sea relevante en las internas republicanas de 2022, eligiendo candidatos a gobernadores y en 2024 pueda ser decisivo para postularlo nuevamente como presidente, ya sea por el partido Republicano o incluso en un eventual nuevo partido político bajo su liderazgo.
Los globalistas perdieron, además, la opción para “sacarlo fuera” de la política, algo que no solo amenaza a los mismos en el Partido Demócrata sino también a los neo-conservadores pro Globalistas en el Partido Republicano. Trump, y su movimiento, también son una amenaza para los conservadores continentalistas en el Partido Republicano por ejemplo en Texas, Florida, etc. Pues estos últimos también lo necesitan para ganar las gobernaciones en sus estados federales en 2022. Esta derrota de la opción de doble impeachment marca un salto hacia adelante de la crisis política y cultural integral en Estados Unidos.
La derrota de la movida política encabezada principalmente por Nancy Pelosi (California) y los Globalistas en el Partido Demócrata y por Mitch MacConnell por el Partido Republicano da muestras que la crisis sistémica, que observamos desde marzo de 2020 en Estados Unidos, ha calado profundo en la estructura económica, cultural, política y social. Esto se manifiesta en la imposibilidad de la oligarquía globalista para “juntar” los dos tercios de los votos en el senado norteamericano.
La triple fractura expuesta de la oligarquía financiera en Estados Unidos entre Globalistas, Continentalistas y Nacionalistas se observa en la dinámica de la crisis y la puja de poderes que le dan sustrato, es aquello que subyace en el fondo de la imposibilidad de imponer el impeachment y la debilidad cada vez mayor de la oligarquía globalista para poder subordinar a todas las fracciones de la oligarquía en Estados Unidos, a su proyecto y a sus intereses estratégicos.
Esto sucedió justamente cuando una fracción de capital dominante –el capital global- ya no pudo conducir construyendo hegemonía político cultural, porque ya no “tiene” ni la capacidad económica dominante ni los márgenes de fuerza para incluir a otros actores económicos, culturales, sociales y políticos. Esto sucede cuando su camino ascendente en el desarrollo de poder económico global se paraliza y se debilita. Porque la puja contra las fracciones Financieras continentalistas (la norteamericana imponiendo a Trump, la británica imponiendo el Brexit contra la City de Londres; la europea de Alemania-Francia-Italia imponiendo el Brexit también contra las dos Cities, de Paris y de Londres) a nivel mundial se vuelve muy dura, compleja, diversa y de paridad de fuerzas. Porque la fracción globalista ha perdido fuerza relativamente desde 2016 en adelante con el llamado Brexit, que en síntesis refiere a la sublevación de las oligarquías continentalistas en Gran Bretaña, EEUU y Europa continental contra la oligarquía globalista, sus transnacionales y su red de Cities financieras globales.
Este es el caso para la oligarquía globalista, que construye poder haciendo y proyectándolo desde las “Cities” financieras globales en cada país. A partir y a través de controlar sus bancos centrales imponiendo sus directorios, elegidos por los gerentes de los propios bancos en la city financiera local de cada país. Y sus monedas, que es su modo para subordinar a los gobiernos elegidos democráticamente por la comunidad/pueblo vía una dictadura de la deuda externa, de la moneda y del FMI.
Controlando la moneda organizan la actividad económica comercial, industrial y el consumo potenciando o des-potenciando la economía nacional pero siempre subordinada, dependiente y subdesarrollada en sus áreas estratégicas que son las que producen soberanía desde la economía nacional. En síntesis, con el objetivo siempre de transformar la economía nacional en una economía local dependiente de la economía global. Todo esto tuvo su punto o periodo de inflexión entre 2008-2014.
Perestroika y Crisis Sistémica de los Unipolarismos 2016-2021
El 1ro de enero de 2021 entro en vigencia el Brexit. Un tipo de Brexit que se presenta en su modelo que por ahora oscila entre su modelo Duro e Intermedio. Pero claramente anti-globalista, contra el poder de la City Globalista de Londres y la City Globalista de Paris, Amsterdam, etc. La lucha por el Brexit fue y es la lucha por la salida de gran Bretaña de la subordinación al programa estratégico de la City de Londres. Pero también es la lucha por la salida de la Unión Europea (Alemania, Francia, Italia, España, etc.) del programa estratégico de subordinación a la City de Londres y a la City de Paris (al programa globalista angloholandés de una UE subordinada a la city financiera) para recuperar actualizado el histórico programa industrial estratégico de UE liderado por Alemania, Francia e Italia, que plantea la City continentalista de Frankfort como el gran centro financiero de la UE, subordinada al poder político de Bruselas, a la Comisión Europea.
La derrota de la City de Londres con el Brexit y la derrota parcial de la City de Nueva York con el Programa Trump, de la oligarquía continentalista norteamericana en conjunto con la oligarquía nacionalista norteamericana, de 2016-2021, crearon las condiciones para la crisis sistémica en Estados Unidos en septiembre 2019 y para la Perestroika Norteamericana partir de marzo-abril de 2020, como resultado de la “dinámica” de la lucha de poder entre estas tres fracciones de oligarquía (Globalista vs Continentalista y Nacionalista). Esto incluso se observará luego, en la posibilidad y capacidad de que Trump pueda salir absuelto el 14 de febrero del doble veto político (impeachment) para poder seguir actuando en política. Situación y escenario que le planteo y sometió el globalismo desde el Partido Demócrata, con la complicidad expresa de algunos senadores republicanos neoconservadores y socios de los Globalistas encabezados por el senador (R) Mitch MacConnell.
El tercer hecho relevante en el debilitamiento de las capacidades de proyectar poder del globalismo fue la pérdida de control de la City Financiera globalista de Hong Kong –HK- por el globalismo, en este hecho coincidieron, desde diferentes posiciones y acciones estratégicas, tanto Xi Jinping como Trump[10]. Luego de estar HK bajo control globalista desde 1842, cuando se impuso el dominio británico. La pérdida del control de las Cities de Londres, de Paris, de HK y la disputa y debilitamiento en la de Nueva York, permiten observar una pérdida significativa en sus capacidades de proyectar e imponer su poder, su programa estratégico.
Este hecho es lo que hace observable Putin en Davos para todos, cuando afirma que:
““la era asociada con los intentos de construir un orden mundial centralizado y unipolar, esta era ha terminado. De hecho, no empezó. Solo se hizo un intento en esta dirección. Pero eso ya pasó. Tal monopolio simplemente por su naturaleza contradecía la diversidad cultural e histórica de nuestra civilización. (…) La realidad es que han surgido en el mundo centros de desarrollo verdaderamente diferentes y se han declarado, con sus propios modelos, sistemas políticos e instituciones sociales distintivos. Y hoy es sumamente importante construir mecanismos de articulación de sus intereses para que la diversidad, la competencia natural entre polos de desarrollo no se transforme en anarquía, una serie de conflictos prolongados”. Discurso completo de Vladimir Putin en Davos, 7 de enero de 2021.
El otro gran hecho, en el mismo sentido, fue la construcción y el lanzamiento de los acuerdos de mercado común RCEP, con iniciativa de la China multipolar / multilateral. Quince países de Asia y Oceanía han firmado el domingo 15 de noviembre de 2020, el acuerdo para formar la mayor asociación comercial del mundo, en lo que representa una gran victoria para la China multipolar y multilateral, el principal promotor del proyecto desde que comenzó a negociarse en 2012. La Asociación Económica Integral Regional (RCEP, en sus siglas en inglés), que no incluye a Estados Unidos, abarcará a 2.100 millones de personas y el 30% del PIB mundial.
China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda suscribieron el pacto junto a los diez países miembros de la Asean (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) integrada por Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Myanmar, Camboya, Laos y Brunei. Al término de la cumbre de esta organización, celebrada el 15 noviembre de 2020, siendo Vietnam el país anfitrión. La India, que había decidido retirarse el año pasado de las negociaciones debido a la preocupación de que los bienes baratos chinos pudieran inundar su mercado, podrá incorporarse en el futuro si así lo decide. Pero la firma del Acuerdo RCEP ya implica la consolidación del primer ministro Indio Narendra Modi y de la estrategia general de ser miembro fundador del BRICS multipolar. Una política que viene desarrollando por lo menos desde 2014, cuando se lanzaron las instituciones económicas y financieras de los BRICS como alternativas a las del FMI.
“Estoy encantado de que después de ocho años de complejas negociaciones, finalmente demos hoy por terminadas de manera oficial las negociaciones del RCEP”, ha afirmado el primer ministro vietnamita, Nguyen Xuan Phuc, cuyo país es el presidente de turno de la Asean y un actor históricamente relevante.
“El éxito de las negociaciones, y la firma del acuerdo, representa un espaldarazo económico, pero especialmente político y cultural para Pekín. Como principal motor de esta iniciativa, consolida su influencia en Asia en detrimento de Estados Unidos.”[11] Este hecho fortalece también la posición de dialogo multipolar seguida por el primer ministro de la India Narendra Modi desde siempre. Porque muestra que el camino a seguir es el de dialogo multipolar que resulta en beneficios económicos, pero también en los beneficios que trae la producción y la paz.
Luego, el 10 de febrero de 2021, Pekín y Nueva Delhi, acuerdan la retirada de las fuerzas militares en frontera común. Diluyendo toda posibilidad para las provocaciones y operaciones británicas y norteamericanas, Globalistas y Continentalistas. El comunicado de la cartera de Defensa de Beijing dice que “según el consenso alcanzado durante la novena ronda de negociaciones a nivel de comandantes, las fuerzas indias y chinas comenzaron el 10 de febrero una retirada simultánea planificada de las tropas en la primera línea en las costas sur y norte del lago Pangong Tso”.[12]
La batalla por una nueva civilización: Occidente vs Oriente
El Gran Reinicio: Hacia el Neofascismo del Siglo XXI
Aunque ya hemos podido observar cómo el globalismo ha sido frenado en su proyección de poder crear/imponer un estado global, no deja de ser importante conocer su proyecto más a fondo. La civilización global unipolar que proponen los globalistas vía Klaus Martin Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, es lo que denominan el ´socialismo corporativo´. El cual sería un sistema de dos niveles: a- de “socialismo de la pobreza” en la comunidad mundial de base/pueblo; b- dirigida por una meritocracia de monopolios corporativos, o sea, una comunidad dirigente elitista (GAFAM, BlackRock, etc.). El Gran Reinicio (Great Reset[13]) se propone una gran reducción de los derechos individuales, incluidos los derechos de propiedad, de la libertad de expresión, de movimiento, de asociación, de religión y del sistema de libre empresa tal como lo conocimos. La pandemia sirvió de vehículo para crear este ambiente.
Implementaría el sistema político con vigilancia inteligente de ciudades habilitada por el 5G (que aún no controla), dando puntaje de crédito social, pasaportes médicos y otros medios de represión para el control social y político. De esta forma pretende lograr al final una sociedad con características y capacidades para alcanzar a la China multipolar comunitaria y así tener como disputarle poder, específicamente. La agenda del “Gran Reinicio” tiene un conjunto de objetivos formulados por el Foro Económico Mundial que pretendían lanzar en el Foro Digital en enero de 2021.
- Confinamiento perpetuo de pandemia y controles económicos hasta que la población se someta a la tiranía médico-sanitaria. Este proceso continuará en 2021, con eventuales terceras y cuartas olas de Covid-19 y sus mutaciones, que tienen un efecto destructor particularmente sobre la economía. La OIT revela que como resultante de este plan globalista se perdieron en 2020, un equivalente de 225 millones de puestos de trabajo a tiempo completo. Lo cual llevará a que haya cada vez más rebeliones, por ahora solo con conducción desde las elites financieras, y podemos esperar una rebelión cada vez más generalizada.
- Pasaportes médicos como prueba de haber sido vacunado y rastreo de contactos como parte de la vida cotidiana. Para poder viajar, obtener un empleo o beneficio social pronto se tendrá que disponer de ese “pasaporte” que ya se introdujo en Dinamarca, Suecia y Estonia. La introducción generalizada podrá conllevarnos, según el uso y abuso, a una sociedad orwelliana de control total. Vimos como Alemania y la Unión Europea en su conjunto “fue dejada” sin vacunas en febrero de 2021, a pesar de haberlas pagado y de ser productor de las mismas, lo que a su vez genero protestas dentro de misma. Y el principio de una solución segura podrá venir de acuerdos entre Alemania y Rusia por la vacuna Sputnik V, o de alguna de las vacunas de origen en China, es decir mirando hacia el Este.
- La censura y des-plataformas de las voces que se oponen a la agenda. Hemos visto como un presidente de EEUU que no se alineaba con las exigencias globalistas unipolares ha sido silenciado por Twitter, Facebook y otras plataformas. Los republicanos que votaron contra el globalismo (Biden) corren el riesgo de sufrir el mismo destino. Si Biden se atreve hacer algo para poner a las Big Tech, las GAFAM específicamente, bajo control y supervisión del gobierno en Estados Unidos sufriría la misma suerte que Trump.
Para Robert F. Kennedy, sobrino del presidente John F. Kennedy, el Covid-19 ha creado “una crisis conveniente” a los intereses globalistas Unipolares porque está destruyendo a la clase media, empobreciendo y excluyendo a la mayoría población mundial y haciendo más poderosa a la élite financiera (0,001% de la población mundial) de actores estratégicos que pretenden dirigir el mundo: con nombre y apellido y principalmente las GAFAM, aunque no haya unidad monolítica en ella. Para Kennedy los gobernantes de hoy explotan el miedo para obtener el control sobre las personas, como hizo el fascismo en su tiempo. “Aman la pandemia porque les permite someter a los pueblos”. Y si “encontrar” algo para asustarlos puedes hacer que hagan lo que quieras. Con ello comprendemos que estamos, con el globalismo unipolar, ante el “Fascismo del siglo XXI”.
Estos primeros tres puntos de agenda están en plena marcha. Pudimos observar, sin embargo, que no tuvieron mayor éxito. Lo anterior para nada significa que abandonen su proyecto y objetivos, sino que cambiaran de tácticas, en diferentes fases y de pronto con más agresividad. Lo que sigue es:
- Reducir la actividad económica en nombre de detener el “cambio climático”. Se pretende lograr una reducción del CO2 (causante aparentemente único del cambio climático) al eliminar drásticamente la energía fósil y todas las empresas que hagan uso de ella. Lo anterior significa, entre otras cosas, la sustitución acelerada del automóvil a combustión de origen fósil o enquisto, por otro a electricidad y con ello el cierre de todas las plantas de generación eléctrica a base de carbón y derivados de petróleo y gas. Es la modalidad de destrucción creativa del siglo XXI descrito por Schumpeter, como el proceso mediante el cual aquellas empresas que no son capaces de innovar y mantener relevancia han de desaparecer con darwinismo, dejando así su lugar a las empresas innovadoras en energía verde, es decir, en beneficio de las grandes plataformas y en detrimento de otras tantas empresas y empleos que quedaran en la ruina.
El presentador de Sky News Australia , Cory Bernardi, demuele (28 de febrero 2021 Zero Hedge) el Programa Mundial de Alimentos, la Organización Meteorológica Mundial, la Organización Mundial del Turismo y la Organización Mundial de Comercio: por mentiras, desinformación y lógica pretzel relacionada con el clima para justificar la política. Todas estas autoridades estarían impulsando una agenda: es la misma agenda, para des-carbonizar, desindustrializar y des-empoderar a la población en Occidente. Son parte de un plan concertado para rediseñar el capitalismo en una nueva imagen: la del socialismo.
Lo anterior permite abrir otros interrogantes acerca de hacia dónde nos conduciría realmente el plan globalista. ¿A una reducción de población de 5 mil millones de seres humanos?
Si bien el programa del Gran Reinicio ha sido pospuesto, pero los 4 puntos anteriores están estrechamente entrelazados con el Gran Reinicio o Great Reset o Nuevo Bretton Woods del siglo XXI, que implica:
- La centralización del poder político mundial en manos de una comunidad Élite Meritocrática Corporativa a imagen de la historia de China.
- La meritocracia corporativa determina centralizadamente las necesidades y deseos de los consumidores limitando la producción a ciertos bienes y servicios que se consideran aceptables.
- La supresión de las fronteras nacionales y el fin de la soberanía nacional y la libre determinación.
- Un sistema de moneda digital donde toda acción comercial es rastreable para el interés de la Élite Dirigente.
- La introducción de la “Renta Básica Universal” en la que el Gobierno global se convierte en el todopoderoso proveedor del “bienestar”, gobernando un gran rebaño de personas totalmente dependientes que han de brindar tributo en dinero o trabajo cuando así lo demandan, creando una nueva civilización tributaria.
El Foro Económico Mundial se imaginaba poder crear de este modo una “economía en espejo de la China” procurando subordinar a China como estado vasallo. Si no lo logran por las “buenas” estará abierta la posibilidad concreta de hacerlo por las “malas”, a fin de crear el primer imperio global. Para lograrlo han de subordinar militarmente no solo a China, en primer lugar, a Rusia y ahora también a la India y a Alemania. Al intentarlo ya amenaza con una nueva guerra mundial, aunque no de modo explícito. En realidad, elfascismo del siglo XXI, con la militarización de las relaciones de poder, se podría estar haciendo presente. En este contexto la canciller de Alemania, Angela Merkel, manifestó en el Foro Económico Mundial de fines de enero que “espera no tener que tomar posición entre Este y Oeste”, al tiempo que dejó en claro que “prefiere alinearse con el proyecto del Mundo Multipolar”.
Una Civilización Alternativa a partir del Multipolarismo
Como los “factores de producción” (el trabajo, el capital y la naturaleza, utilizados en la economía vulgar), ya no explican más que el 50% o máximo 70% del crecimiento económico, la economía vulgar atribuye la diferencia a la intervención de la Investigación y Desarrollo (I&D), como un cuarto factor independiente. Con el desarrollo del Big Data (GAFAM) y el Complejo Estratégico de Inteligencia Artificial (CE-IA), esta élite afirma que la ley de valor está superada y fue sustituida por el concepto de “capitalismo cognitivo”. Se podrá hablar de una economía cognitiva, afirma Samir Amin (2011), solamente cuando existan unas relaciones sociales ya diferentes de aquellas en las que se basa el capitalismo.
Con la globalización estamos cada vez más ante un capitalismo llevado al extremo. Corporaciones como Microsoft y Apple han desarrollado hardware en su fase más productiva. Con ello se pudo dar auge a las plataformas Virtuales Digitales como Facebook, Netflix y Amazon. A partir de ahí comienza la fase de trabajar en base a enormes agregados de datos (Big Data) que con Inteligencia Artifical (IA) va aún más allá de la recolección de datos. No solo participan cada vez más en el ámbito de la circulación con anuncios para vender productos, sino que son capaces de hacer llegar información prácticamente individualizada a sus usuarios para que cambien sus preferencias, opiniones, estilo de vida, inclinación electoral, etc. En otras palabras, el usuario termina siendo el producto final de la Inteligencia Artificial. También Apple y Google han pasado cada vez más al trabajo de Big Data, entrando en la esfera de circulación a costa de inversiones productivas. El resultado es una economía donde ya casi no hay acumulación de capital y riqueza, sino solo la centralización de la misma en cada vez menos manos corporativas. En esencia estamos yendo más allá del capitalismo.
En estas condiciones, es ínfima la creación de riqueza en términos de valor. El “capital” se fuga del ámbito productivo y se centra en el ámbito de circulación para lograr centralizar la riqueza en cada vez menos manos corporativas. El concepto de valor y capital subsisten, porque la sociedad permanece alienada en el economicismo. Las lógicas de las fuerzas que rigen en esta dirección nos llevan, afirma Amin, hacia un mundo de barbarie individualista, de elevados grados de exclusión y hasta de eliminación de personas sin valor. Se trata de un sistema neo-tributario basado en el ejercicio de una violencia política sistemática. Con esta descripción podemos comprender mejor la pretendida implementación del Gran Inicio o Great Reset que nos plantea el Globalismo Financiero Unipolar.
El Gran Reinicio pretende partir del interés privado, buscando lo que llaman el “Bien Común”, que ellos definan desde arriba. De hecho, al recorrer el camino trazado se desemboca en el fascismo del siglo XXI. Mucho más plausible sería partir de un sistema que prioriza el Bien Colectivo para luego, con Inteligencia Artificial, pasar a trazar las necesidades colectivas e individuales, cosa imposible en tiempos soviéticos. Simplemente no existía la tecnología necesaria para poder pensar en una determinación de los intereses colectivos desde la comunidad de base-Pueblo. De este modo, es posible que haya mayor participación comunitaria en la construcción del Bien Colectivo y no solo en lo económico, sino también en lo político y cultural. La síntesis de las dos vías históricas parece encontrarse a través de la línea oriental y no es extraño que la Unión Europea prefiere optar por el mundo multipolar y no por el Unipolarismo globalista.
La herencia histórica de China en sus relaciones internacionales fue la antigua Ruta de la Seda que hoy con una filosofía parecida está llevando adelante con cada vez más países que se integran. Históricamente estos intercambios solo eran accesoriamente mercantiles, es decir que no estaban basados en el valor de cambio (ley de valor) sino en el valor de uso (las utilidades comparativas). Mientras coexiste el capitalismo y el mercado mundial, China operara con la ley de valor hacia afuera. Por su economía auto-centrada los términos de intercambio desigual con EEUU, por ejemplo, no solo son cada vez menos negativos, sino en cada vez más ámbitos China ha logrado invertir dichos términos. De ahí también la guerra comercial que inició EEUU con Trump y que la administración globalista de Biden-Harris pretende intensificar. Hacia adentro de China puede predominar el concepto de Valor de Uso sobre el Valor de Cambio, esencia para una transición hacia otra civilización poscapitalista financiera.
Explotación y Bien Común no son mutuamente excluyentes en la historia de China, pero la historia ha demostrado también cuando el trabajo para el Bien Común reduce el grado de explotación. Existen condiciones objetivas para que la humanidad en conjunto recorre el camino hacia una civilización donde se concentra en el trabajo para la colectividad y por la colectividad (Bien Común) y que se logre reducir la explotación a expresiones mínimas. Cada vez más países, en Eurasia incluyendo a Rusia, África, América Latina e incluso en Europa, se alinean con el proyecto multipolar y la Nueva Ruta de la Seda donde prevalece la cooperación por sobre de la explotación, ganando terreno hacia el Bien Común como proceso que avanza pero que también nunca concluye, sigue abierto a las nuevas necesidades de la comunidad pueblo.