Aunque EE.UU. y sus aliados más estrechos siguen difamando la vacuna de Gamaleya, corrompiendo y amenazando a gobiernos, el preparado ruso se impone mundialmente
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) ha anunciado este martes que no tiene indicios de que la vacuna de AstraZeneca contra el covid-19 haya sido la causa de coágulos sanguíneos observados en algunos vacunados. El director ejecutivo de la EMA, Emer Cooke, señaló que los expertos siguen investigando la posibilidad de la formación de coágulos sanguíneos a causa de la vacuna, pero subrayó que este tipo de incidentes ocurren «muy rara vez».
La noticia se produce después de que en los días pasados Francia, Italia, Alemania y España, así como otros países han suspendido la aplicación de la vacuna británica, al recibirse reportes de posibles efectos secundarios graves. La interrupción en la aplicación de esta vacuna en la Unión Europea (UE) sigue al retraso deliberado de Pfizer en la distribución de su vacuna y ha decidido a varios países europeos a acordar con el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por su nombre en inglés) la fabricación de la Sputnik V en territorio del bloque. EE.UU. y sus aliados apostaron muy fuerte a imponer mundialmente los preparados de Pfizer y Moderna, pero no sólo están perdiendo la delantera, sino que ya están arriesgando la primacía en el mercado farmacéutico mundial y, consecuentemente, su influencia política y económica.
El director general del RDIF, Kiril Dmítriev, informó este lunes 15 haber cerrado trato con compañías de España, Italia, Francia y Alemania para que se sumen a la producción de la vacuna Sputnik V. Por su parte, en una reunión virtual para impulsar la actividad inversora en Moscú el pasado jueves 11, el presidente Vladímir Putin denunció las prácticas desleales que aplican algunos gobiernos y empresas occidentales, para entorpecer la distribución equitativa de vacunas en el mundo. “Los productores luchan por un mercado mundial de vacunas valorado en 100.000 millones de dólares”, dijo. “Algunos compiten de forma desleal, venden un pequeño lote de vacunas a un precio más bajo con la condición de ser un proveedor exclusivo, así que hay una verdadera lucha por los mercados». Y continuó: “Rusia gana más de 15.000 millones de dólares con la venta de armas (inoficialmente se la estima en 55.000 millones), unos 25.000 millones de dólares por la venta de productos agrícolas, más o menos la misma cantidad por la venta de gas, mientras que el petróleo y sus derivados aportan algo más de 100.000 millones de dólares. Así que de repente surgió este enorme mercado y hay una fuerte lucha por él.”
Los servicios de inteligencia rusos son conscientes de que sus homólogos extranjeros buscan lanzar masivas campañas de desinformación contra las vacunas de Rusia. Así, esperan que pronto haya en los medios y las redes muchos informes sobre la ineficacia de la Sputnik V. EE.UU. y sus aliados más estrechos quieren evitar que la OMS certifique las vacunas rusas, para de este modo reducir la demanda mundial de las mismas. Según las fuentes rusas, «Estados Unidos apoya agresivamente las presiones de Pfizer sobre distintos gobiernos, para que los estados compradores asuman el pago de eventuales indemnizaciones a los afectados por efectos secundarios y la responsabilidad por las negligencias cometidas por el fabricante».
Las vacunas de ARN (ácido ribonucleico) modificado promocionadas en los medios de comunicación estadounidenses son simplemente demasiado caras para la mayoría del mundo. Por eso intentan frenar por todos los medios la aplicación de las más simples, pero efectivas competidoras rusas y chinas. Para ello, Pfizer y Moderna han requerido el apoyo de los servicios de inteligencia de los “Cinco Ojos” (EE.UU., Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda), la alianza de espionaje que desde la Guerra Fría vigila el mundo entero.
Las vacunas de ARN (ácido ribonucleico) modificado promocionadas en los medios de comunicación estadounidenses son simplemente demasiado caras para la mayoría del mundo. Por eso intentan frenar por todos los medios la aplicación de las más simples, pero efectivas competidoras rusas y chinas. Para ello, Pfizer y Moderna han requerido el apoyo de los servicios de inteligencia de los “Cinco Ojos” (EE.UU., Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda), la alianza de espionaje que desde la Guerra Fría vigila el mundo entero.
No sólo los competidores del Este son víctimas de los ataques norteamericanos. La propia AstraZeneca sufre desde hace meses embates mediáticos y políticos. En los últimos días los principales miembros de la UE han suspendido la aplicación de su vacuna, al registrarse algunos casos de muertes por coágulos sanguíneos tras la aplicación del antiviral. Para rebatir las críticas, AstraZeneca informó el domingo 14 que no encontró pruebas de que su vacuna provoque este tipo de riesgos. En el mismo sentido, la portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Harris, había indicado ya la semana pasada que no hay razón para dejar de usar esta vacuna. Evidentemente, la “guerra de las vacunas” está en pleno desarrollo, las principales potencias han empeñado todos sus recursos en ella y nadie queda afuera. No sólo los competidores del Este son víctimas de los ataques norteamericanos. La propia AstraZeneca sufre desde hace meses embates mediáticos y políticos. En los últimos días los principales miembros de la UE han suspendido la aplicación de su vacuna, al registrarse algunos casos de muertes por coágulos sanguíneos tras la aplicación del antiviral. Para rebatir las críticas, AstraZeneca informó el domingo 14 que no encontró pruebas de que su vacuna provoque este tipo de riesgos. En el mismo sentido, la portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Harris, había indicado ya la semana pasada que no hay razón para dejar de usar esta vacuna. Evidentemente, la “guerra de las vacunas” está en pleno desarrollo, las principales potencias han empeñado todos sus recursos en ella y nadie queda afuera.
No se trata de una sospecha sino de una información brindada por el propio gobierno de EE.UU. El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por su nombre en inglés) publicó recientemente su Informe Anual para 2020. «El 2020 fue uno de los años más desafiantes en la historia de nuestro país y en la historia del HHS», anuncia el informe del ex secretario Alex Azar. «El fin de la pandemia está a la vista», prosigue, «con el suministro de vacunas seguras y eficaces a través de la Operación Warp Speed».
El optimismo de la Introducción es alentador. Sin embargo, a poco andar, en la página 5 se cuenta que “la Oficina de Asuntos Globales (OGA) del HHS dirigió el desarrollo de una estrategia interinstitucional, coordinada a través del Consejo de Seguridad Nacional, para proporcionar acceso internacional a las vacunas COVID-19, una vez que se satisfagan las necesidades nacionales.” O sea, después de que se haya vacunado a suficientes norteamericanos.
Ya en la página 47 del informe se señala que EE.UU. está coordinando con sus socios de los Cinco Ojos los «mensajes» a difundir sobre las vacunas. “Combatir las dudas sobre las vacunas a nivel mundial: La OGA lidera un grupo de los países de los Cinco Ojos sobre la confianza en las vacunas.” Ahora bien, no se trata de una campaña de educación sanitaria. En la página siguiente se aclara que “la OGA utilizó las relaciones diplomáticas en las Américas para mitigar los esfuerzos de los estados, incluyendo Cuba, Venezuela y Rusia, que están trabajando para aumentar su influencia en la región en detrimento de la seguridad de los Estados Unidos. La OGA se coordinó con otras agencias del gobierno estadounidense para disuadir a los países de la región de aceptar ayuda de estos estados malintencionados. Los ejemplos incluyen el uso de la oficina del Agregado de Salud de la OGA, para persuadir a Brasil de que rechace la vacuna rusa COVID-19, y el ofrecimiento de asistencia técnica de los CDC en lugar de que Panamá acepte una oferta de médicos cubanos.” Las consecuencias de esta tarea de “persuasión” pueden medirse en la catástrofe que está viviendo Brasil por falta de vacunas e insumos.
El informe del HHS también menciona que “tras décadas de silencio entre EE.UU. y Bolivia, la OGA restableció las relaciones diplomáticas sanitarias con el Ministerio de Salud de Bolivia tras las elecciones nacionales” (de 2019). Es decir, después del golpe de estado contra Evo Morales. Éste es el sentido de la cooperación sanitaria del HHS.
Mientras tanto, EE.UU. también afirma falsamente que Rusia está difundiendo desinformación sobre las vacunas. El domingo 14 el Wall Street Journal informó que cuatro publicaciones que servirían de fachada de la inteligencia rusa habrían hecho una cobertura engañosa sobre las vacunas COVID-19 producidas en Occidente, exagerando el riesgo de efectos secundarios y planteando dudas sobre su eficacia. Sin embargo, el propio autor del artículo del WSJ reconoció que los «medios rusos» sólo estaban repitiendo noticias de medios occidentales.
La rápida aceptación de Sputnik V en América Latina puede tener implicaciones a largo plazo. Argentina recibió con gratitud más de medio millón de dosis en enero y las delegaciones de nuestro gobierno que viajaron a Moscú a finales de 2020 tradujeron la documentación pertinente al castellano y la compartieron con Bolivia, Perú, México, Uruguay y Chile para inducirlos a aceptarla con rapidez. El primer lote a Bolivia llegó a finales de enero. A mediados de febrero México recibió sus primeras 200.000 dosis y actualmente Brasil y Perú parecen estar a punto de firmar sus respectivos acuerdos.
Sin embargo, hay varios factores que limitan la ventaja de la Sputnik V. Rusia ha reconocido sus limitaciones para producir los volúmenes contratados y está retrasando sensiblemente el abastecimiento. Depende mucho de las plantas subsidiarias en Brasil, India y Corea del Sur. Quizás, si laboratorios de Alemania e Italia comienzan también a producirla, mejore la provisión, pero para ello todavía faltan algunas semanas.
Cuando se haga evidente que la pandemia llegó para quedarse y que las sucesivas mutaciones del virus harán necesarias campañas anuales de vacunación, aumentará aún más la cotización de este mercado y la competencia se agudizará. El hecho de que el sabotaje prevenga a muchos países de comprar vacunas buenas y disponibles y que esto inevitablemente cueste la vida a millones de seres humanos es visto por los Cinco Ojos como un costo necesario para ganar la guerra de las vacunas. Quien prime en este mercado hará pie en la oferta farmacéutica para muchos países. Y quien tenga la llave de la salvación de la vida de muchos millones de seres humanos recibirá un reconocimiento público que puede traducirse en ulteriores negocios económicos y políticos. Con el acuerdo de producción con potencias importantes de la UE Rusia ha roto el cerco en torno a la Sputnik V. Ahora se apresta a conquistar los mercados farmacéuticos mundiales.